La intervención arquitectónica en las áreas públicas del club parte de una estrategia clara: revitalizar la experiencia espacial a través de una reorganización funcional de circulaciones y la integración de nuevas zonas de encuentro. El proyecto propone una jerarquización de los espacios mediante la creación de terrazas y desniveles que favorecen la conexión visual con el exterior y generan diferentes ambiente.

Cada espacio cuenta con una identidad propia, pero en diálogo con un lenguaje común: proporciones generosas, iluminación natural y atención al detalle. La arquitectura y su decoración busca no solo resolver lo funcional, sino también elevar lo cotidiano, generando un entorno acogedor y sofisticado.

El uso de materiales como madera, piedra y textiles neutros transmite elegancia y bienestar. La vegetación interior se incorpora como elemento orgánico que suaviza las transiciones y aporta frescura.